Hace días que ocurrió la cita con el arte, un encuentro en Cimadevilla, la calle llena de color, música, gentes de corazón alegre dispuestos a compartir y compartirnos y así fue un “encuentros” con la magia, un encuentro con arte.
El arte cómo hilo conductor, siempre existe una distancia entre la obra en su proceso de creación y el momento de presentarla, es ahí donde me expreso, ese momento de esplendor que durante unos instantes ha brillado en mis ojos , refleja mi alma, el alma de la obra.
Creo que el primer merito de las obras es que tienen que ser una fiesta para la vista, observar, sentir, por que las obras hablan de sus autoras, su intimidad, sus mundos, ese parte que quieren compartir; porque el artista solo en su taller no basta. Es con los espectadores donde se hace la obra, sintiéndolas suyas, haciéndolas parte de ellos.
Soy de las que cree que el arte solo tiene una mirada, o te gusta o no te gusta.
Siempre uso esta frase, resume todo el proceso que transito a la hora de crear y que pone el final con las obras en exposición.
“El hombre sólo descubre, nunca puede ni podrá inventar. Sólo crear el espacio donde manifestar los secretos del alma a través del arte y mostrarlos, para así compartir sensaciones.
Estos secretos están entre la vibración del autor y el latir del observador”.
Gracias por acompañar mi alma hacia el exterior, gracias a los músicos que proporcionaron su buen hacer para que este encuentro fuera más sentido y gracias también a todos por vuestra compañía.
Y ahora desde el hueco que deja ese proceso expositivo y agotadamente feliz, ya tengo otra vez espacio para llenar mi alma. Hasta pronto…………..será breve…………
martes, 15 de junio de 2010
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